Aunque para muchas personas el concepto del trasplante de microbiota fecal (o FMT por sus siglas en inglés), puede resultar nuevo y extraño, la realidad es que es un procedimiento que se ha llevado a cabo desde el siglo cuarto en la antigua China.
El trasplante de microbiota fecal es, tal como su nombre lo indica, la introducción en el tracto intestinal del paciente, de una muestra de heces fecales provenientes de un donante o del mismo paciente.
Aunque puede parecer poco ortodoxo, es una terapía que ha demostrado ser muy efectiva para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales como la enfermedad de Crohn, el colon irritable y en especial, para combatir infecciones de difícil tratamiento como la ocasionada por la bacteria Clostridioides difficile.
Los primeros procedimientos de trasplante de microbiota fecal datan del siglo IV d. C. en China, cuando se proporcionaban “sopas” a los pacientes para combatir la diarrea o la intoxicación por alimentos. Para el siglo XVI d. C., los chinos ya contaban con una variedad de productos derivados de las heces, como tratamiento para enfermedades gastrointestinales.
En la modernidad el procedimiento vuelve a ganar interés, luego del descubrimiento y la popularización de los antibióticos (en la década de 1920), ya que es entonces cuando la ciencia descubre que un uso excesivo o incorrecto de tales medicamentos, genera resistencia; y en casos particulares, infección por Clostridioides difficile.
Pero, no es sino hasta principios de 1950 que el microbiólogo estadounidense Stanley Falkow, desarrolla el primer procedimiento de FMT propiamente dicho, al encapsular muestras de heces de pacientes quirúrgicos, de manera previa a su tratamiento con antibióticos, para que sean trasplantadas al mismo paciente, una vez finalizado el tratamiento.
Desde ese primer experimento, se han realizado múltiples estudios de FMT para el tratamiento de la Clostridioides difficile, con una efectividad del 85%-90% y efectos prolongados. Recientemente, en el 2013, el FMT fue avalado por la FDA de Estados Unidos como un tratamiento aceptado para combatir la C. difficile.
La microbiota es el ecosistema de bacterias que viven en el organismo humano, tanto en sus órganos externos (la piel), como en los internos (estómago e intestino). Su función es la de apoyar procesos como la metabolización de los alimentos y la protección del organismo frente a agentes patógenos.
Cuando la microbiota es saludable y tiene una gran variedad y cantidad de cepas bacterianas “buenas”, el organismo es saludable; pero cuando la microbiota tiene desequilibrio o disbiosis, ya sea por mala alimentación, estrés o sedentarismo, el organismo se ve afectado al punto de volverse más propenso a contraer infecciones y enfermedades.
Es aquí donde el tratamiento con FMT cobra importancia, ya que su objetivo es replicar la microbiota saludable de un paciente sano, en un paciente que no lo es.
En primer lugar se debe recolectar la muestra de heces de un donante sano, que generalmente es un familiar o un amigo del paciente. Si la muestra es saludable y cumple con ciertos requisitos, se mezcla con solución salina y se filtra. Luego se ingresa al organismo del paciente, ya sea por procedimiento endoscópico, por vía naso-entérica o por enemas.
A pesar de que esos procedimientos son los más usuales para realizar un FMT, no son ideales para muchos pacientes por su carácter invasivo. Debido a esto, se están llevando a cabo estudios y pruebas para estandarizar un nuevo procedimiento de administración de la microbiota por vía oral, en la forma de cápsulas ácido resistentes liofilizadas.
Con este procedimiento, la muestra recibe el tratamiento tradicional de filtrado y centrifugado y adicionalmente, se congela durante 12 horas y se seca, hasta formar un polvo que luego es encapsulado en cápsulas de liberación retardada.
El tratamiento de FMT en cápsulas es posible gracias a las cápsulas duras ácido-resistentes, que impiden la liberación del contenido en el estómago y lo hacen únicamente, en el intestino. Aunque este procedimiento está en etapa de pruebas, presenta los siguiente beneficios frente a los procedimientos habituales:
El FMT presenta nuevas oportunidades para proveedores y comercializadores de cápsulas, ya que dicho formato promete ser la mejor opción para la masificación del procedimiento. En la medida en que los beneficios del FMT sean más evidentes, sus tratamientos se volverán más aceptados y estandarizados.
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